El Equipo Clínico de ATAM realiza una campaña de prevención de la dependencia a través de una valoración integral y multidisciplinar orientada a detectar riesgos asociados al desarrollo de cualquier tipo de discapacidad en personas mayores.
Esta campaña tiene como objeto detectar de forma temprana problemas tratables, no diagnosticados o no tratados previamente en personas mayores de 60 años que no tengan necesidades especiales. Su finalidad es que la misma persona sea capaz de reconducir su evolución mediante la adquisición de hábitos de vida más saludables. Se trata en definitiva de orientar hacia acciones que puede llevar a cabo la propia persona, como director de su propia salud y, de esa manera, fomentar su autonomía.
La campaña lleva funcionando ya casi 6 años y está en continua revisión para aportar cada vez más valor para nuestros usuarios. En estos momentos, el planteamiento de este servicio se está enriqueciendo con la incorporación de nuevos abordajes tales como la valoración de la fragilidad.
Los padres de los socios de ATAM ya pueden beneficiarse de esta campaña de prevención de situaciones de dependencia.
Se suma a la iniciativa la participación de la especialidad de medicina física y rehabilitación.
La persona mayor frágil es aquella que experimenta una disminución de sus reservas fisiológicas y una elevada vulnerabilidad a enfermedades y procesos agresores (hospitalizaciones, cirugías, inmovilidad), presentando, en consecuencia, mayor riesgo de efectos adversos en salud, pérdida de función y dependencia. Esta vulnerabilidad se traduce en una disminución de la capacidad de adaptación. La fragilidad es un buen predictor de efectos adversos de salud a corto, medio y largo plazo.
La importancia de su detección está justificada por su elevada prevalencia (se calcula que afecta a un 10% de las personas mayores) y por el hecho de ser potencialmente reversible evitando la progresión a discapacidad.
La inactividad es un elemento nuclear en la fragilidad por su efecto directo sobre el sistema cardiovascular, el deterioro músculo-esquelético y el sistema metabólico, al tiempo que contribuye al deterioro cognitivo y a las alteraciones del ánimo.
En la campaña de prevención de la dependencia se utilizan diferentes estrategias para la detección de fragilidad, como las pruebas de ejecución (para valorar la movilidad y la marcha) y también unos cuestionarios específicos. La implementación de un nuevo protocolo de valoración permite detectar posibles riesgos físicos, de movilidad o situaciones en las que está presente el dolor, que pueden ser abordados de manera más amplia y eficiente desde una perspectiva rehabilitadora.
De acuerdo con los estudios realizados por el Equipo Clínico de ATAM, se ha observado que en la inmensa mayoría de los casos que se han atendido se evidencia algún factor de riesgo. Los más frecuentes son los riesgos cardiovasculares, seguidos por el riesgo de padecer deterioro cognitivo; sin olvidar los factores que tienen que ver con el funcionamiento motor y funcional, especialmente los que son consecuencia de un estilo de vida sedentario. Por tal motivo, desde el año pasado se ha incorporado a la campaña la especialidad de neuropsicología y recientemente la nueva figura del médico rehabilitador.
Dentro de este ámbito físico y funcional, el médico rehabilitador valora de manera pormenorizada diversos aspectos de la vida de cada persona con objeto de aportar una serie de orientaciones resumidas para mejorar la calidad de vida del usuario en cuanto a su autonomía personal, funcionalidad global y estado de bienestar en ausencia de dolor; al tiempo que fomentamos hábitos saludables y la prevención de problemas futuros.
Los objetivos de la campaña son, entre otros:
Desde el área de rehabilitación las consultas están orientadas principalmente hacia tres áreas fundamentales: la movilidad, las actividades de la vida diaria y el dolor.
En algunos casos se realizará presencialmente y en otros, mediante una entrevista por videoconferencia de la cual obtenemos una evaluación funcional de la movilidad, el autocuidado, las actividades de la vida diaria y la vida doméstica, así como una valoración de las posibles situaciones de dolor del participante.
En el proceso de acogida a través de los asesores de familia de ATAM se recoge la información inicial y básica de datos y se realiza un cribado para determinar si el solicitante debe ser valorado desde una, dos o las tres áreas incluidas en el programa (médico de familia, neuropsicología y rehabilitación).
El protocolo de rehabilitación se basa en varios cuestionarios estandarizados de fácil aplicación, que el Equipo Clínico ha adaptado de manera que sean muy sencillos de completar independientemente del medio que se utilice para la valoración, ya sea presencial o mediante videoconferencia.
Si se detecta alguna situación de riesgo, se plantean posibles soluciones que suelen consistir en la modificación de ciertos hábitos cotidianos. En muchos casos, se proponen acciones preventivas tales como el ejercicio físico dirigido, la corrección postural o estrategias de ayuda para evitar errores en tareas cotidianas. También se ha dado consejo a personas que presentan dificultades para caminar, sobre todo fuera de casa. En otros casos, nuestra recomendación ha ido encaminada a una valoración médica más específica, como por ejemplo, en el caso de los escapes de orina ocasionales que presentan algunas personas. Todo ello debe complementarse con un adecuado manejo de las situaciones de dolor, si es que está presente, ya que es algo que supone uno de los principales factores limitantes a la hora de moverse y desenvolverse en la vida diaria.
Esta campaña de prevención aporta además otro valor pues nos proporciona unos datos de referencia de cada participante. Muchos de estos datos, que en el momento actual pueden no parecer relevantes, los podremos comparar con los resultados de sus futuras valoraciones y de este modo analizaremos su evolución física y funcional, para poder actuar cuando aparezcan cambios importantes.
La campaña está dirigida a socios, cónyuges de socios y padres de los socios mayores de 60 años de edad y que no hayan desarrollado aún una discapacidad o que no necesiten de ayuda para desarrollar las actividades más básicas de su día a día.
Para participar, es necesario llamar o acudir a la oficina del Servicio de Atención al Socio de ATAM que te corresponda y ponerse en contacto con tu Asesor de Familia. Si no sabes quién te corresponde puedes contactar con el teléfono 91 799 13 07 o 91 799 13 09 donde te remitirán a la persona adecuada.
La campaña de prevención es un servicio clave del Equipo Clínico de ATAM.
La Asociación evoluciona constantemente para continuar aportando cada vez más valor mediante una visión holística y centrada en la complejidad de cada caso.
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